En una sociedad aquejada por múltiples problemáticas, participar en su resolución es una cuestión que compete a todos los sectores, incluido el privado. Desde los negocios, se pueden implementar acciones con un profundo impacto a favor de distintas causas colectivas y, en algunos casos, volverse su fin principal. Es decir, ser una empresa social. ¿Qué significa esto?
Se trata de una organización rentable que tiene como fin primordial la resolución de un problema social o ambiental de manera sostenible; a diferencia de las empresas tradicionales, cuyo propósito central suele ser el maximizar beneficios para sus accionistas.
Para ser considerada una empresa social, un organismo debe contar con una política de reinversión de los ingresos excedentes en sus estrategias sociales y desenvolverse siempre con miras a mejorar la calidad de vida, generar empleos dignos y fomentar el desarrollo económico en sectores vulnerables.
El concepto de empresa social comprende diversos tipos de organizaciones, como ONG, fundaciones y cooperativas, además de sociedades comerciales y entidades públicas con enfoque social, pues se alinean con el propósito de mejorar el bienestar comunitario.
En este sentido, desde sus inicios, los dueños de La Cosmopolitana se caracterizaron por sus acciones altruistas, como la donación de alimentos, que crecieron hasta materializarse en la Fundación Pablo Landsmanas (FPL), su brazo filantrópico.