Según la Fundación Endesa, la biomasa se clasifica en tres grandes categorías:
- Natural. Se genera sin intervención humana y puede ser vegetal, resultado directo de la actividad fotosintética, o animal, obtenida a partir de seres vivos que se alimentan de biomasa vegetal.
- Residual. Proviene de residuos orgánicos generados por actividades humanas, como residuos sólidos urbanos, subproductos agrícolas (poda, rastrojos) y desechos de la industria agroalimentaria.
- Producida. Son cultivos energéticos destinados exclusivamente a la producción de biomasa.
Como se puede ver, su origen no sólo puede ser vegetal o animal, sino que también se puede obtener mediante procesos artificiales, que incluyen centrales de biomasa.
La Cosmopolitana, una Empresa Socialmente Responsable, reconoce que optimizar el consumo energético es clave para la competitividad industrial y la sostenibilidad ambiental. La industria alimentaria, en particular, puede mejorar su eficiencia y reducir emisiones al incorporar energías renovables como la biomasa.