La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) reconoce al sorgo como uno de los alimentos básicos más importantes para millones de personas que viven en zonas semiáridas de Asia y África. Es un cultivo que prospera donde otros no lo hacen, y puede marcar la diferencia en la nutrición y autosuficiencia de hogares vulnerables.
Si bien su destino más común ha sido la alimentación animal, el sorgo también juega un papel creciente en la alimentación humana. En zonas rurales de México, por ejemplo, se utiliza como alternativa al maíz.
En este sentido, la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) señala que con un kilo de sorgo blanco se pueden obtener hasta 2.3 kg de masa, mientras que con un kilo de maíz solo se logran 1.7 kg, lo que implica un mejor rendimiento del grano.
Con más de 60 años de experiencia en el sector de los alimentos, los dueños de La Cosmopolitana, Elías, Jorge y Jack Landsmanas, reconocen que el sorgo es una planta que combina productividad, eficiencia hídrica y versatilidad de uso, lo que lo convierte en una pieza clave para enfrentar los desafíos alimentarios y ambientales del presente y el futuro.
Su capacidad de adaptarse a entornos exigentes y su aporte a la nutrición y sostenibilidad lo posicionan como una de las alternativas más prometedoras para los sistemas agrícolas globales.