Los árboles cumplen funciones ambientales críticas. Su pérdida tiene efectos directos y duraderos en el equilibrio de los ecosistemas:
- Pérdida de biodiversidad. La desaparición de bosques reduce hábitats y pone en riesgo de extinción a numerosas especies.
- Erosión del suelo. Sin la cobertura vegetal que ofrecen los árboles, el suelo queda expuesto a la radiación solar, el viento y la lluvia. Esto acelera su deterioro y dificulta el crecimiento de nueva vegetación.
- Interrupción del ciclo hidrológico. Los árboles devuelven vapor de agua a la atmósfera, lo que mantiene la humedad del ambiente. Su ausencia puede transformar bosques en zonas áridas.
- Alteraciones climáticas locales. La canopia arbórea regula la temperatura del suelo. Al desaparecer, se generan cambios extremos que afectan tanto a la flora como a la fauna.
- Aumento de gases de efecto invernadero. Menos árboles significa menor absorción de dióxido de carbono, intensificando el calentamiento global.
- Riesgos sanitarios. La pérdida de biodiversidad facilita el contacto entre humanos y animales silvestres, lo que incrementa la posibilidad de transmisión de enfermedades.
Frente a estos efectos, reforestar no solo ayuda a restaurar ecosistemas, sino que es una acción concreta y accesible para mitigar el daño ambiental.
Jorge, Elías y Jack Landmanas, dueños de La Cosmopolitana, una Empresa Socialmente Responsable (ESR), son conscientes de la importancia de recuperar estos espacios, por lo que impulsa voluntariados entre su equipo de colaboradores para reforestar áreas urbanas.